La
socialización debe entenderse como un proceso multidireccional: el individuo es
al mismo tiempo una construcción y el constructor de la sociedad ya que se
inserta en ella y aporta para su reproducción.
Un
individuo se socializa cuando adquiere una lengua, normas y valores, y conforma
su personalidad, en la medida que interactúa con otros.
Hay
dos tipos de socialización:
Socialización
primaria: donde el individuo se relaciona con el primera agente socializador
que es la familia, y se convierte en miembro de la sociedad, adquiere
capacidades intelectuales y sociales y construye su identidad. Finaliza cuando
el concepto del otro generalizado se va estableciendo en la conciencia del
individuo.
Socialización
secundaria: donde el individuo interactúa
con otras personas que no son de su familia. Induce al individuo a nuevos sectores de la sociedad, como las
instituciones donde ocupa la mayor parte de su vida.
Estos
dos tipos de socialización están en crisis. La socialización primaria porque
las nuevas tecnologías socializan al niño y compiten con la familia, por
ejemplo mirando la televisión el niño adquiere un lenguaje que no corresponde a
su cultura, como el lenguaje neutro, y aprende conductas no acorde a su edad.
La socialización secundaria está en crisis por las problemáticas que atraviesan
en la adolescencia como adicciones, inseguridad, violencia, que impiden al
individuo insertarse en instituciones como el trabajo o alguna institución
educativa. Esto dificulta que se realice la socialización.
Los
objetivos de la socialización es convertir al individuo en un ser social capaz
de vivir en sociedad, esto se realiza a través de los agentes socializadores,
que se clasifican en: cultural, educativo, civil-económico. Los agentes
socializadores son: la sociedad, la familia, la escuela, el trabajo, el club,
el Estado, grupos de pares, hospital, medios de comunicación, industrias
culturales, etc. El Estado es el conjunto de instituciones que poseen la autoridad y potestad para
establecer las normas que regulan una sociedad,
teniendo soberanía interna y externa
sobre un territorio determinado.
Cuando
un sujeto no puede acceder a los derechos sociales, sufre de la autoestima, no
puede adecuar sus capacidades para cumplir con las obligaciones, corre riesgo
de estar relegado por largo tiempo a sobrevivir del asistencialismo y
estigmatización, entonces se produce la exclusión social. La exclusión social
ofrece una manera de integrar nociones vagamente interrelacionadas como la
pobreza, privación, falta de acceso a bienes y servicios, y precariedad de
derechos sociales. Va más allá de los aspectos económicos y sociales de la
pobreza e incluye los aspectos políticos tales como derechos políticos y
ciudadanía que remarcan la relación entre los individuos y el Estado, así como
entre la sociedad y los individuos.
La
vulnerabilidad permite reflejar una amplia gama de situaciones intermedias,
o sea de exclusión en algunos aspectos o
esferas, e inclusión en otros. Se debe reservar el uso del término exclusión
para condiciones sociales de fuerte privación. En la mayor parte de los casos
en que se habla de exclusión, en realidad se trata de situaciones de
vulnerabilidad, precarización, riesgo respecto a un factor. Diferentes autores
se refieren al proceso de “acumulación de desventajas” o acumulación de fallas.
Estas desventajas pueden constituir una suerte de marca inicial, como en el
caso de los niños pertenecientes a hogares pobres, o irrumpir en cualquier
momento de la vida.
La
inclusión social está referida explícitamente a tener la posibilidad real de
acceder a los derechos sociales.
La
inclusión/exclusión política está directamente ligada con lo que puede
denominarse ciudadanía formal y con la participación o no como ciudadanos en la
marcha de la sociedad.
La
inclusión económica y la social están relacionadas con la participación en la
vida colectiva, pueden distinguirse dos ejes:
1-
Se refiere al empleo y la protección social, fuertemente determinado por la
estructura económica y que da lugar a la inclusión- exclusión económica.
2-
El que toma en cuenta las interrelaciones individuales y colectivas en el contexto
de lo que se ha denominado el capital social y que demarca la inclusión social.
En este caso se incluyen una serie de factores decisivos para el bienestar del
ser humano.
La
inclusión económica es básica para la social, hay una interacción entre ambos
ejes. Una de las diferencias entre estos ejes y que justifica la necesidad de
su consideración simultanea, radica en que en el primer caso, se analiza a la
población económicamente activa, bajo un enfoque individual. En el segundo caso
se incluye al total de la población en su interacción y entre distintas
esferas, como la familia, grupos de pertenencia.
Bourdieu
define los campos sociales como “espacios de juego históricamente constituidos
con sus instituciones especificas y sus leyes de funcionamiento propias”. El
principio a partir del cual se distinguen los campos sociales es el tipo de
capital que está en juego. Capital puede definirse como conjunto de bienes
acumulados que se producen, se distribuyen, se consumen, se invierten, se
pierden. Los campos sociales pueden ser considerados como mercados de capitales
específicos.
Principales
tipos de capital:
Capital
cultural: está ligado a conocimientos, ciencia, arte etc.
Capital
social: está ligado a un círculo de relaciones estables, se define como un conjunto
de los recursos actuales que están relacionados a la pertenencia a un grupo que
están unidos por lazos permanentes y útiles.
Capital
simbólico: es una manera de distinguir los bienes como el honor, prestigio,
salvación, relaciones, conocimientos.
El
habitus según Bourdieu es al mismo tiempo hexis (manera de llevar el cuerpo, de
hablar etc.) y ethos (maneras de ser, pensar etc.). El aprendizaje no está solo
en el pensamiento, en la mente, sino también en el cuerpo. Habitus tiene que
ver con el esquema de percepción de la realidad que tenemos internalizados,
miradas sobre uno mismo, sobre la realidad. Se construye con la relación con
los demás. Son duraderos y transferibles. El campo social está relacionado con
el habitus áulico, a través de una dinámica subordinación. Según la posición
del individuo dentro del campo áulico esta el juego de relaciones. Dentro del
campo hay relaciones de dominación o respeto, depende de qué relación el
individuo ocupe, forma su habitus.
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